Emprendedor: 10 errores a evitar

A la hora de emprender un negocio o crear una empresa, son muchas las dudas, las preguntas y las inquietudes que desbordan a los emprendedores. Ponerse en contacto con emprendedores experimentados es el mejor primer consejo que se les puede dar. Seguramente, gran parte de las alertas que les mostrarán, tendrán que ver con los siguientes errores típicos del emprendedor.

  1. Empezar con poca liquidez. Las previsiones optimistas ayudan poco cuando hacemos una proyección de la tesorería de la empresa. El papel lo aguanta todo. Incluso los estados contables pueden aguantar demasiadas cosas. Pero al final lo que importa de verdad es el dinero contante y sonante. Cuando uno empieza, las ventas tardan en llegar e, incluso cuando llegan, hay que financiar al cliente, mientras los gastos no se dejan esperar para ser pagados. Hacer una proyección temporal de entrada/salida de dinero nos ayudará a determinar las necesidades de financiación y, con ello, saber si tenemos suficiente o debemos acudir a herramientas como las pólizas, líneas de descuento, etc.
  2. No conocer el mercado. Tener una muy buena idea no significa que esta pueda convertirse en un buen negocio. Ir hacia el mercado y averiguar si nuestros (presuntos) clientes necesitarán de mi producto/servicio, si están dispuestos a elegirnos a nosotros y a un precio que nos sea rentable es fundamental. Se trata de no actuar a espaldas del mercado al que nos dirigimos. Hablemos con él, averigüemos lo que necesitan y como lo necesitan, sepamos si ya existe alguien que les provee… A lo mejor nuestra idea no es la idea, o quizás necesite de alguna modificación… pero eso necesitamos saberlo antes de lanzarnos al vacío.
  3. No conocer a nuestros proveedores. La elección de proveedores resulta crucial para el éxito de nuestro negocio. No sólo hablamos de precios competitivos, sino de plazos de entrega, de calidades, de innovación, de seriedad… Roturas de stock, comunicaciones deficientes, asesoramiento malo, formación obsoleta… son consecuencia de una mala selección de proveedores que puede arruinar un negocio. Y a partir de una correcta selección, una buena negociación de condiciones servirá para afianzarnos en el mercado.
  4. Creer que el producto es tan bueno que se vende solo. No sólo hay que ofrecer un buen producto/servicio para el mercado que lo demanda, sino también hay que venderlo: puerta a puerta, telefónicamente, catálogos, emails, publicidad… El cliente debe saber que existimos, donde nos encuentra y cómo adquiere nuestro producto/servicio. Segmentar, seleccionar y comunicar de forma adecuada son claves para poder vender.
  5. No analizar los plazos de cobro. Hemos de tener esto en cuenta como un gran hándicap que define el punto 1 anterior. Nuestras proyecciones han de tener en cuenta las prácticas del sector, corregidas por un factor (pesimista) debido a que somos los recién llegados. Un plan temporal que vaya desde el aprovisionamiento de materias primas hasta el cobro final, pasando por pagos, transformaciones, ventas, facturaciones, entregas … nos ayudará a ver en perspectiva como se mueve el dinero y qué necesitamos para agilizar este período: descuentos por pronto pago, negociación de cobros, aplazamientos….
  6. Olvidar la competencia. Continuamente debes evaluar tu producto/servicio respecto de la oferta que hacen los competidores, no sólo en términos objetivos (calidad, caducidad, precio, diseño, materiales, propiedades…) sino también en términos subjetivos (marca, percepciones, motivaciones…). Establecer un proceso de vigilancia competitiva ayuda a no perder de vista la realidad del sector en el que te has metido, porque al igual que tú, los competidores también reaccionan y evolucionan.
  7. Depender de un gran cliente. Muchas veces resulta atractivo trabajar para un gran cliente: menores gastos, menor labor comercial, menor complejidad administrativa… Pero por otro lado, nuestro poder de negociación, teniendo un solo cliente (o uno que significa la mayoría de nuestras ventas) nos coloca en una situación de debilidad para negociar precios, plazos, condiciones…. Lo que parecía una buena idea se convirtió en dependencia y nuestro negocio ha dejado de ser nuestro. Diversificar clientes es diversificar riesgos y ello ha de tenerse en cuenta a la hora de emprender.
  8. Dudar con los precios. Evidentemente hemos de partir de los costes que tiene la empresa para poder fijar los precios, pero siempre sin perder de vista el mercado. Necesitamos que el mercado esté dispuesto a demandar nuestro producto/servicio a un precio que cubra costes y permita un beneficio empresarial. Al mismo tiempo, la competencia reaccionará y necesitarás adaptarte para no ser expulsado del mercado. Optimizar costes, diferenciarse, fidelizar clientela…. sirven para no depender totalmente del precio de los demás.
  9. Delegar demasiado. Crear una empresa no sólo requiere capital, sino esfuerzo y talento. Muchas veces, al contratar empleados delegamos en ellos gran parte del trabajo, sin establecer mecanismos de información, formación y control (o estableciéndolos de forma errónea). La contratación de personal significa establecer una relación de confianza y exigencia que requiere tiempo, paciencia y sentido común. No se pude dejar el negocio en manos de cualquiera y menos desde el inicio, antes de conocerlo perfectamente.
  10. Elegir mal los compañeros de viaje. Las expectativas, actitudes y capacidades personales de cada persona, socio o socia, son fundamentales para asegurar la viabilidad de la empresa, así como la empatía entre los participantes en el negocio. El reparto de tareas, el compromiso, el procedimiento de resolución de conflictos, la remuneración del trabajo y la propiedad (acciones), el formato de toma de decisiones, el protocolo familiar (si procede)… todos son aspectos complejos que hay que dejar claros desde el inicio.

Puede haber más errores (y habrá, seguro), pero estos son los más habituales, por lo que requieren una especial atención.

“El hombre inteligente aprende de sus propios errores, el sabio aprende de los errores de los demás”.  Arturo A. Vásquez.

 

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