Smart Cities

This is Toronto's Yonge-Dundas Square, which reminds me of Times Square in NY. I spent a couple of hours here and was lucky to get a colorful sunset. This is an HDR of 3 shots (-2, 0, +2), tonemapped in Photomatix. In PS: - Imagenomic Noiseware twice, one stronger on the sky. For the next commands I masked the sky. - Smart sharpen - Freaky details masking - Nik Tonal Contrast - Vibrance increase on the whole image - A bit os saturation boost on the sky - Curves - Burn the top of the sky and the edges - A bit of Nik Glamour Glow.

Tras la consolidación de las urbes del mundo desarrollado, los procesos de migración desde las zonas rurales hacia las ciudades en los países en vías desarrollo, no hace más que corroborar que el siglo XXI es el siglo de las ciudades. La concentración de gran cantidad de personas en un espacio determinado genera las suficientes economías de escala como para que se conviertan en el centro de la actividad, social, cultural y económica.

La ciudad, como concentración humana, viene a ser protagonista por sus efectos positivos: las relaciones, la innovación, el progreso de las artes y las ciencias, el desarrollo económico-social… Al mismo tiempo, esto supone nuevos y grandes retos para los gestores locales, ya que las ciudades consumirán la mayoría de los recursos naturales y energéticos, generarán la mayoría de los residuos mundiales y la emisión de la mayor parte de los gases que causan el efecto invernadero. Por otro lado, será necesario adoptar modelos de desarrollo sostenible que permitan prestar los servicios que demanda tal cantidad de gente (sanidad, educación, seguridad, etc.) y que eviten la proliferación de suburbios donde se concentre la pobreza y la marginación.

Hoy, el desarrollo y la generalización del uso de las nuevas tecnologías puede ser convertirse en una herramienta crucial para responder a los retos indicados. Se trata de evolucionar la ciudad, desde su estado actual de madurez o desarrollo, hacia la ciudad inteligente o Smart City, donde las nuevas tecnologías nos ayuden a crear modelos sostenibles que mejoran la calidad de vida del ciudadano.

La nuevas tecnologías nos permiten realizar un consumo energético más eficaz y eficiente (energías renovables, redes eléctricas inteligentes, sistemas de gestión del consumo de las edificaciones que generen ahorro eléctrico, calorífico, de agua, etc.), optimizan los servicios de transporte (gestión del tráfico, del transporte de mercancías, gestión del transporte colectivo… ecológico, sostenible e inteligente), proporcionan sistemas sostenibles de gestión de residuos y su traslado a plantas de reciclaje y/o reutilización , permiten el desarrollo de servicios socio-sanitarios personalizados para unas poblaciones cada vez más mayores (telemedicina, teleasistencia, televigilancia…), facilitan la seguridad ciudadana (alarmas inteligentes, televigilancia, servicios de emergencia geolocalizados…), mejoran servicios típicos de una ciudad como el comercio, el turismo, la cultura y la educación (al proveer de nuevas formas de satisfacer al ciudadano, visitante, turista, estudiante… sin limitaciones espacio/temporales) y trasladan mayor cuota de poder de decisión al ciudadano (e-administración, televoto, participación directa…).

La ciudad inteligente pasa a desarrollar, en su seno, un sistema formado por redes, plataformas, sensores, sistemas de almacenamiento y tratamiento de la información, etc. que posibilita que la información sea captada, fluya, se gestione y proporcione una prestación de servicios cuya mejora y eficiencia pueden ser prácticamente ilimitadas. La Smart City mejora la productividad y la calidad de vida, factores indispensables para la atracción de talento. Algunos autores, incluso, sostienen que el crecimiento económico de una ciudad, y específicamente la creación de empleo, se asocia en un 60% a las mejoras de productividad y en un 40% a la mejora de la calidad de vida y de los servicios de la ciudad. Por lo tanto, el cambio, la evolución hacia ese estadio es de urgente inicio en las ciudades actuales.

Pero para que una ciudad se pueda convertir en, o por lo menos caminar hacia, una Smart City, el papel de las Administraciones Públicas resulta de vital importancia. Por un lado, como responsables de las entidades locales, los gobiernos municipales han de acometer los proyectos de transformación de los servicios de la ciudad. Por otro lado, las Administraciones Públicas han de apoyar el desarrollo de tecnologías y modelos de servicios propios de la Smart City.

Un reto importante, de futuro y de supervivencia para la ciudad.

Leave a comment